UNO DE LOS GRANDES PARTIO, PERO SU OBRA QUEDA
Pensar que todos seguiremos el mimo camino y nos encontraremos en algún lugar del Universo es la satisfacción que nos queda cuando vemos partir a Hombres como José Pepe Leiva, pero sabemos que en algún lugar nos encontraremos y abrazaremos para comentar respecto de lo ingrata que es muchas veces la vida en esta tierra y lo tanto que tenemos que hacer para ganar un espacio aunque para este amigo fue fácil solo, se entrego a la honestidad de los hombres sencillos y honestos aunque pocos José Pepe los encarno en vida, fue la razón de la multitudinaria despedida que Talagante le brindo como se despide a los grandes a los que no pasan por este mundo para hacer riqueza y se olvidan del hermanos. Pepe NO Pepe miro al amigo, al compañero, al hombre simple, al hombre del pueblo, abrazo esa enseñanza de humanidad que caracteriza a los grandes, es por eso que los grandes y la gente humilde lo recordaran por siempre y hasta el fin de los días, de distintas formas como la que eligió Ricardo Carrasco otro hombre que desde su puesto no se olvida de los suyos, como tampoco de los que parten y menos de los que dejan huellas y legados imperecederos y potente de amistad. Sus lágrimas y emoción las volcó en estas letras que como hombre de pluma sabe ordenar e interpretar ese Adiós para un amigo titularemos estas palabras como “El Adiós del uno al Otro” (Ricardo Carrasco Secretario Municipal de Talagante Colega y Amigo de José Pepe Leiva.
Homenaje de un amigo “El Adiós del uno al Otro”
Hay hombres que marcan en la vida de los pueblos, y son aquellos que mueren para vivir con honor y el recuerdo. Uno de estos fue el profesor, amigo, locutor, animador de espectáculos, toda su vida bombero, mutualista, y orador indiscutible para aquellas noches de galas, como también encargado imprescindible para despedir a quienes lo antecedieron: este fue José Pepe Leiva Rojas.
Un hombre que decidió tener una vida con propósito, esa vida que implica vivir con la fuerza de la razón y la fe. La razón nos preovee de metas claras, mientras que la fe nos enseña a confiar en el proceso de nuestra vida. Pepe Leiva, que le dio ese propósito a su vida se convirtió en fuente de luz para los demás.
Normalista de profesión, misión que asumió como causa para mostrar a sus alumnos la realidad de la vida, pero indudablemente con el propósito de midificarla, siempre enfatizando que la verdad se defiende con gran energía, y que esta subyace en la magia de las cosas. Allí encontramos la mayor enseñanza de su vida: Vivir con el corazón abierto.
Su vida fue para él una escuela, un templo, su religión. Como maestro motivó a sus alumnos a buscar el saber. Vivir brindando amistad, su religión, y su gran devoción de por vida, servir como Caballero del Fuego, su templo.
Su ausencia seguirá dando frutos, y su quehacer en el magisterio y en sus actividades bomberiles continuará eternizando los principios del saber y del obrar, entre aquellos que escucharon su palabra limpia, apasionada, reflexiva, verdadera.
La ofrenda más importante que podemos entregar a este querido talagantino, es la que fluye de nuestros corazones agradecidos, y hacer nuestra, esa alegría inconfundible que nos dejara.
Querido Amigo Pepe Leiva, un abrazo, fuerte, imperecedero, y gracias por esa jerarquía humana, espiritual, que nos dejaste y que no necesita diplomas.
Ricardo Carrasco Rojas
Profesor y Periodista
Secretario Municipal
Municipalidad de Talagante
Talagante Press (De noticias Alfa Chile)